Texto y dirección: Fabrice Murgia. Adaptación: Borja Ortiz de Gondra. Con: Olivia Delcán, Andrea de San Juan, Nacho Sánchez.
Con 34 años, el belga Fabrice Murgia es, sin duda, uno de los dramaturgos más prometedores de Europa. Y lo es gracias a una primera obra, 'Le chagrin des ogres', estrenada en 2009, cuando Murgia tenía 25 años, que pudimos ver en su montaje original en Temporada Alta 2013. Una pieza impactante, que pone cara a cara el caso del asesino juvenil Bastian Bosse, que mató a sus compañeros de instituto, y el caso de Natascha Kampusch, que logró huir del hombre que la había mantenido secuestrada durante ocho años. Ambos tenían 18 años. Murgia, entonces, los ponía tras una ventana, solos, desconcertados, y colocaba una ogressa con un vestido blanco manchado de sangre como narradora. Brillante.
Lo que hemos visto en el Lliure de Gràcia es exactamente lo mismo, pero con el castellano como lengua en lugar del francés, con el mismo Murgia firmando la dirección. Una especie de 'remake' hispano con ligeras variaciones locales introducidas por Borja Ortiz de Gondra, como las referencias a las chicas de Alcàsser, caso tan mediatizado como el de Kampusch. Lo que quiere explicar el autor belga es la soledad del adolescente, sobre todo del que no encaja en la 'normalidad', y en cada rincón de Occidente encontramos, desgraciadamente, tragedias similares.
Se puede copiar un montaje con todo detalle, pero no se pueden clonar los actores. Y si bien aquí tenemos una excelente ogressa (Andrea de San Juan), motor del espectáculo, la intensidad de Bastian (Nacho Sánchez) y la inocencia de Laetitia (Olivia Delcán) no tienen la calidad interpretativa que requiere una pieza como esta.