Un pretexto para que ambos actores suelten su parte más clownesca mientras colocan aquí y allá una frase de 'Romeo y Julieta', de 'Julio César' o de 'Otelo'. La obra quiere ser un homenaje a los actores cómicos que en el mundo del teatro no tienen, o parece que no tienen, la misma consideración que los dramáticos. Los autores nos presentan a Kemp y Armin recluídos en una especie de purgatorio donde esperan la redención y con ella el acceso al Paraíso. Y ésta les vendrá de un examen de la mano nada menos que de Shakespeare.
Lamentablemente para el pretendido homenaje, los protagonistas escogerán fragmentos de las tragedias que, además, interpretarán con toda la seriedad del mundo. De este modo, lejos de defender el valor de los bufones reafirman la idea de que sin drama no hay paraíso.
La obra tiene momentos graciosos que Pera explota con su inequívoca manera de hacer seguido de un Canut socarrón y entrañable. Muy bien el siempre versátil Dafnis Balduz como Shakespeare y muy adecuada la aportación musical de Los Berros de la Cort. Al fin, una pareja de clowns con muchas más gracias propias que no las imaginadas por el bardo.