Dramaturgia y dirección: Marta Aran. Con: Oriol Casals, Lara Díez, Marta Vila y Andrea Portella.
El primer texto de la actriz Marta Aran se centra en el conflicto de una mujer que se queda embarazada en un momento crucial de su trayectoria profesional. Texto con personajes transparentes -excepto uno- que verbalizan sin demasiados velos sus crisis, deseos, frustraciones e intenciones. Excepto uno: la hermana que regresa de un destino lejano para continuar con su exitosa carrera en la ciudad de sus raíces. Hay misterio en sus motivaciones y objetivos finales, en el turbio reflejo de sus posibles carencias que se palpa en su aproximación a su hermana embarazada. Carácter cargado de unos silencios que no se observan en los otros tres. Andrea Portella asume esa complejidad psicológica con la distante serenidad y silenciosa expectación de un Pinter.
El montaje -también debut de Aran como directora- aún peca de cierta falta de equilibrio en la convivencia del drama con la comedia con vitriolo. Las transiciones -incluso en la misma escena- no están del todo engrasadas, funcionando casi como bloques de emociones muy marcadas. Un vaivén extremo entre la tragedia y la comedia que recae principalmente sobre el papel de Lara Diez (la embarazada). Marta Vila y Oriol Casals interpretan los otros dos personajes que funcionan como antagonistas puros.