Texto y Dirección: Victòria Szpunberg. Con: Sandra Monclús, Jordi Andújar y Marc Rosich. Voces en off : Íngrid Marín, Roger Muntés, Àngels Simó.
Estreno con doble sorpresa. Una es la recuperación de una excelente obra que se estrenó sin pena ni gloria hace diez años en la Sala Beckett, y la otra es la conversión del dramaturgo y director Marc Rosich en actor con resultados alentadores. Y ciertamente que 'La màquina de parlar' merece esta reposición y que el público hará bien de ir a conocer una de las mejores obras de la dramaturga Victoria Szpunberg.
En 'La màquina de parlar' Szpunberg concita con habilidad la ambición de contar una distopía mecánica, pero en realidad habla de las relaciones de los seres humanos, con una perfecta estructura teatral y una dirección, de ella misma, precisa, cuidadosa, brillante.
Bruno es una especie de funcionario estancado que no quiere tener ni amigos ni esposas y que por ello ha comprado una máquina de hablar de segunda mano. A pesar de tener un mando para dominarla, el tiempo ha hecho que la máquina, llamada Valeria, desarrollara una personalidad e incluso sentimientos, extremo que a Bruno le resulta desagradable y que le obligará a alquilar un perro mecánico para complacerle.
Con este texto, la autora hace un indisimulado homenaje a Franz Kafka y al extrañamiento que producen sus argumentos. ''La màquina de parlar' es ante todo una comedia inteligente, una comedia humana que con otra dirección menos contenida sería para partirse de risa. No lo ha querido así la directora, que prefiere la sutileza, el detalle y que sea el texto, más que los gags, lo que llene de humor la función. Decíamos que Rosich es muy creíble pero quien manda es Sandra Monclús en un papel obligatoriamente estático y que sin embargo está lleno de matices y de sensibilidad.