La saga de cómic creada por Charles Addams en los años 30 vuelve a estar de moda, después de la serie de los años 60 y las películas de los 90, gracias a los niños nacidos en el nuevo milenio que han visto algo diferente, especial, en la familia formada por Morticia, Gómez, Miércoles, Pugsley, Fétido y compañía. Y el musical remacha el fenómeno. Estrenado en Broadway en 2010 con fervor (estuvo en cartel cerca de dos años) y con varios 'revivals' detrás, llega ahora Barcelona con dirección de Esteve Ferrer después de hacer temporada en Madrid con solidez, en una producción despampanante, con unos Addams más mayores y con Miércoles que ha dejado de ser una niña y se ha enamorado de un chico 'normal'.
Encima del escenario, la producción madrileña funciona de maravilla cuando Gómez (Xavi Mira) y Miércoles (Lydia Fairen) llevan la voz cantante. La historia pasa entre ellos dos. Fétido (Frank Capdet) es un buen secundario, pero Morticia (Carmen Conesa) queda atrás en términos vocales a pesar de una presencia escénica despampanante. El problema, en mi opinión, sólo aparece cuando Ferrer se aprovecha del carácter español de Gómez introduciendo referencias locales madrileñas en el libreto de Marshall Brickman. Pocas guiños a Barcelona y demasiadas referencias a la política ibérica y al cocido madrileño. Y alguna broma, como la rapidez de Lurch, que repetida tres veces, ya no hace gracia. Sin embargo, estamos ante un gran espectáculo que hará las delicias de grandes y pequeños.