Cuando Chick escribe en la pared "Esto no es París" podría haber puesto, sin problemas, "Esto no es 'La espuma de los días'". Porque hace más de una hora que la función avanza y, más allá de los nombres de los cuatro personajes principales de la novela de Boris Vian, no hemos visto ni las comas. María Velasco ha cogido el título, algunos de los temas, y, con cuatro actores veteranos, ha construido una pieza inspirada en a la que le falta el aliento de la fuente original. La ha llevado a nuestros días, en el París de la segunda década del siglo XXI, ha sacado los paisajes, el surrealismo, y le ha insuflado una contemporaneidad que sobra, incluidos los discursos izquierdistas bienpensantes que navegan a la deriva durante toda la función.
De vez en cuando, Chloé (Lola Jiménez) hace despegar un poco la pieza, compuesta, principalmente, por monólogos, algún intento de movimiento, música de todo tipo (ni rastro de jazz) y las carnes de los actores. Pero sus intentos son enseguida tapados por el conjunto. No tengo nada que decir sobre el hecho de que los personajes de Velasco puedan ser los padres de los de Vian ya que, en un teatro, incluso Biff Loman puede tener la pinta de un tipo enclenque. El actor sólo tiene que pasarle por encima. Pero no entiendo que nos pretendía decir la obra más allá del panfleto. ¿Que hemos construido un mundo de mierda? ¿Que moriremos todos? ¿Que es imposible hacer 'La espuma de los días'?
Texto y dirección: María Velasco. Intérpretes: Miguel Ángel Altet Colin, Fabián Augusto Gómez, Bohórquez Chick, Lola Jiménez Chloé, Natalie Pinot Alise.