'La Chispa' no cambiará la vida de los espectadores, pero sí es una obra distinta de la secuencia comedia-melodrama burgués que domina la cartelera de Barcelona. Una pieza escrita por Marc Angelet y dirigida por Iban Beltran y Ana Pérez García que nos coloca delante de cuatro jóvenes de veintipocos en una tienda de cómics del Raval durante una noche en la que La Chispa, un superhéroe casero, ha perpetrado su mayor y más notoria hazaña.
Dos amigos, Bruno y Manu (Miguel Gómez y Lluís Català), llevan una tienda que no pasa por su mejor momento. Son dos frikis del cómic. Lo saben todo y pasan el rato discutiendo sobre quién ganaría una presunta batalla entre Hulk y Godzilla. La novia de Bruno (Núria Orellana) es quien paga, pero está dudando si debe seguir haciéndolo. Justo en el impasse, aparece Cas (Maria Frias) para levantarle la moral a Manu. Y también se les cuela en el almacén el superhéroe que tiene todo el barrio agitado.
No hace falta saber el año en que salió el primer 'Spider-man' para disfrutarla
Angelet ha construido una historia en formato patchwork, con continuos saltos adelante y hacia atrás, y una acción paralela en la que los personajes declaran ante la policía. Cuentan unos hechos que iremos descubriendo a lo largo de la función. Estructura levemente postdramática para una obra que es interesante y original, pero nada más, que bebe de la serie B y tiene muy claro su universo. Tiene la virtud, sin embargo, de seducir a los no iniciados. Es decir, que no es necesario saber el año en que salió el primer 'Spider-man' para disfrutarla.
La dirección de actores pudo haber sido algo menos afectada, más naturalista, y la propuesta habría ganado puntos. Aun así, Angelet demuestra su mano a la hora de escribir textos que te atrapan desde el minuto uno. Y este 'La Chispa' tiene más que ver con ese magnífico 'Life spoiler' que con las comedias que ha levantado a cuatro manos con Cristina Clemente ('Laponia', 'Una terapia integral'). Un éxito asegurado.