Autor: Wadji Mouawad. Traducción: Cristina Genebat. Dirección: Oriol Broggi. Conb: Clara Segura, Julio Manrique, Màrcia Cisteró, Claudia Font, Carles Martínez, Xavier Ricart, Xavier Ruano.
Mouawad tiene el don de agitar las tripas incluso de los que con cada nuevo encuentro con las neo-trágicas obras del autor canadiense-libanés sienten como se multiplican los anticuerpos que levantan una barrera de cordura ante su retorcido concepto del dolor humano. Además taimado, agazapado tras su exquisita poética que se retrotrae a los orígenes de los mitos universales. Mouawad escribe teatro como los oráculos sentencian destinos.
Implacable y cruel. Su profeta en Barcelona es Oriol Broggi. Hace tres años impactó a la sensible audiencia del Romea con su versión de 'Incendis'. El texto que recupera ahora en la Biblioteca de Catalunya con un tono más despojado, más atemporal, más tocado por la sustancia invisible de las leyendas, como si la experiencia de 'L’orfe del clan dels Zhao' hubiera ejercido sobre él un bálsamo beneficioso.
La memoria puede errar, pero la sensación es que este 'Incendis' de 2015 es un mejorado ejercicio de esencialidad teatral, que se explica de pleno en la última escena: retirado casi todos los elementos superfluos, quedan dos intérpretes enfrentados (superlativos Clara Segura y Julio Manrique), los cuerpos cansados sobre dos cubos tras sobrevivir a la odisea de su biografía recuperada, y en sus manos una carta compartida. Ni siquiera la memoria es requerida. Sólo leer.
También Màrcia Cisteró contribuye a la fabulación del horror con una voz que parece surgir de la eternidad de los cuentos, y la incorporación de Carles Martínez en el papel del notario Lebel extiende sobre el conjunto del reparto el aire de los personajes que se reparten Olimpo y Averno. Es el servidor del destino, el que guía a los ciegos mientras a su alrededor el mundo se desvanece.