El juego le gusta a Jordi Casanovas. El juego teatral, claro, como el que inspiró la trilogía basada en Tetris, City / Simcity y Wolfenstein con la que se dió a conocer hace nueve años con la compañía Flyhard. Y ahora vuelve proponiéndonos un tipo de juego perverso sobre la capacidad de sufrimiento del ser humano. Idiota es una obra que parece escrita, y bien escrita, desde la idea final que, además, da título a la función y que no tiene mucho que ver con el concepto académico de la palabra.
Disculpen si los enredo, pero Idiota no es una obra que se pueda explicar más allá del planteamiento. El propietario de un karaoke con dificultades económicas es elegido por una fundación de psicología para participar en un experimento muy bien pagado. Él quiere, necesita, el dinero, y la empresa hace un estudio sobre sujetos como él. En principio no parece que haya problemas para que todo funcione, pero el sujeto no está tan desesperado como para aceptar algunas de las técnicas del estudio, aunque figuren en el contrato que ha firmado, casi sin mirar. Y ya tenemos servido el enfrentamiento con la psicóloga que, lógicamente, ha previsto todas las reacciones del sujeto. El juego se parece por momentos, quizás demasiado, a un posible programa televisivo y por momentos pierde credibilidad... hasta el final donde el autor muestra una inteligente pirueta que justifica lo que parecía sólo un ingenioso entretenimiento.
Ramon Madaula y Anna Sahun forman una buena pareja aunque la actriz siga demasiado fijamente el perfil duro y frío del personaje sin enriquecerlo, mientras Madaula tira de recursos, que tiene, y muchos. Echamos de menos un poco de temperatura en la relación entre ellos y, en consecuencia, a una función de todos modos recomendable.