Historia de mi huida

Qué dramón se han inventado los del colectivo La Santa a expensas de la conflictiva relación entre una madre incapaz y una adolescente rebelde marcada por ridículos traumas infantiles y que reclama que le marquen el norte. Si le añadimos un padre sin norte que huyó de casa tendremos un trío ejemplar de nula gestión de la inteligencia emocional y merecedor de una terapia psicológica de larga duración.

Diríamos que el dramaturgo de la función quería conmover de entrada. Así, en la primera escena nos hablan de una madre y una hija ligadas por el cordón umbilical que se hunden en el barro. Caray, ¡Guillermo Sautier Casaseca resucitado! El notabilísimo esfuerzo y entrega de las dos actrices no es suficiente para levantar un texto que no aportar nada más allá de mostrar el perfil de unos personajes desgraciados.