Àlex Rigola e Irene Vicente han abierto en la plaza de l'Olivereta del barrio de Sants-Badal el Heartbreak Hotel, un pequeño teatro que será el centro de operaciones de la compañía y que permitirá que los espectadores estén muy cerca del escenario. Solo tiene 72 butacas y esto es exactamente lo que quería el director, para que los actores puedan expresar su intimidad en la distancia corta.
El local, un antiguo almacén de los años 50 que después fue parking y escuela de pool dance, tiene unos 150 metros cuadrados, 75 de los cuales son estrictamente la sala, un espacio diáfano diseñado por los arquitectos Francesc Guardia y Xavier Massagué, los mismos que han reformado el Lliure de Gràcia y el de Montjuïc, y también el renovado Espai Texas.
Hay función de martes a viernes a las 19h; los sábados a las 15.30 y las 20 h y los domingos a las 12 h.