Dirección y creación: Agnés Mateus y Quim Tarrida.
En los últimos tres años, 327 mujeres han muerto víctimas de la violencia de género en el estado. Dos cada semana. Esto, no es un dato más, sino un hecho repugnante. Y acá es hacia donde se dirige el chocante, divertido (sí, aunque parezca mentira), segundo espectáculo de Agnès Mateus como creadora escénica. Hacia una cifra final que explica todo lo que nos ha mostrado durante una hora y poco frenética en que ella sola desmonta y se ríe de todos los tópicos en torno a la mujer. Una risa que es mordaz, combinada con puñetazos en la mandíbula.
Mateus repasa los insultos dirigidos a las mujeres, los mitos Disney donde ella siempre se casa, las heroínas de la historia con el apellido del marido. Y sí, también se disfraza de polla para saber qué es ser hombre. Aquí nos partimos de risa. Pero acto seguido se pone delante de una pared de madera, dispuesta a que un lanzador de cuchillos le agujeree el pecho. Sabemos que estamos en un teatro y que esta noche no morirá. Pero y si... Brillante metáfora de cómo es ser mujer hoy en día.