Una ocasión perdida. Y dos horas de aburrimiento. Esto es lo que me viene a la cabeza después de ver 'Fronteres' en el TNC, un proyecto teatral con tres padres (Rafael Spregelburd, Falk Richter y Lluïsa Cunillé), de difícil digestión, que demuestra que a menudo, en el teatro, también se necesitan buenos editores que coloquen ciertas cosas en su sitio, que recorten por aquí y hagan crecer por allí, que pongan en duda puntos de vista. Basta comparar cómo trataban el concepto de 'frontera' , en el mismo TNC, los mexicanos Teatro Línea de Sombra en 'Amarillo' y lo que han hecho aquí tres de los mejores dramaturgos de Occidente. Unos hablaban desde la experiencia, desde el yo, mientras los otros hablan de oídas, en un mero ejercicio retórico.
Sólo el 'Geografía' de Cunillé mantiene el tipo, con Jordi Boixaderas y Lina Lambert perdidos camino de Andorra con cuatro maletas llenas de billetes. Comedia negra que en poco más de media hora nos hace reír y nos habla de tú a tú. Lástima que esta pieza cierre la noche, que antes nos hayamos tenido que tragar a Oriol Genís y Roser Batalla tirando palabras al viento en el 'Frontex' de Richter, verborrea sin ton ni son con camuflaje de 'Mad max'. Peor, sin embargo, ha sido 'Sta. Cecilia de Borja a Saragossa', de Spregelburd, con dos profesores hablando de arte contemporáneo con el 'famoso' ecce homo de Borja como referente. ¿Interesante? Ustedes mismos.