A partir de 'Hedda Gabler' de Henrik Ibsen. Versión: Aleix Aguilà. Dirección: Pau Miró. Con: Júlia Barceló, Pol López, Pau Vinyals.
Hedda Gabler es uno de los personajes más atractivos y complejos del teatro occidental contemporáneo, y en la versión libre que ha hecho Aleix Aguilà se nos manifiesta como una existencialista 'avant la lettre' que se confronta con su cobardía para poner fin a la existencia, único camino hacia la libertad. No ama a su convencional marido, Jorgen Tesman, con quien se ha casado por conveniencia, y disfruta torturando a su frágil y antiguo amante, Lovborg, hasta incitarle al suicidio.
De esta tríada de personajes es difícil imaginar una revisión en clave de vodevil, como indica el director Pau Miró en el programa de mano. Y no es que no lo intente. De ahí la exageración de la servil estupidez del marido con un eficaz Pau Vinyals que parece conservar algo del Querubín de 'Las bodas de Figaro' y unas réplicas que buscan, y encuentran, la risa. Éstas, sin embargo, se acaba con la presencia de Lovborg (Pol López) y el inicio de la confrontación de los personajes en un triángulo sentimental tan baldío como perverso.
La dinámica de la función corrige la deriva inicial gracias a la calidad de los intérpretes y, sobre todo, de Júlia Barceló, magnífica para evidenciar el frío y cruel trasfondo de Hedda Gabler, y una buena puesta en escena con eficaces efectos desde el sorpresivo disparo inicial.