Autor: dramaturgia sobre diversas obras de William Shakespeare. Dirección: Konrad Zschiedrich. Con: Xavier Capdet, Emilià Carilla, Mercè Managuerra, Francesc Orella, Mingo Ràfols Rafael Ramis, Jordi Robles, Jordi Sanosa, Teresa Vallicrosa.
Sir John Falstaff es un gran robaescenas shakespeariano, compitiendo por el podio con Jago y Puck. La tentación de convertirlo en protagonista es enorme, como el volumen morfológico del personaje. En ella cayeron con gusto Giuseppe Verdi y Orson Welles. La dramaturgia de Konrad Zschiedrich para elaborar el retrato del pantagruélico vividor le debe bastante al monumental guion de Welles para 'Campanadas a medianoche'.
La segunda deuda contraída por el adaptador-director es con el gran Francesc Orella. Sin su entregada creación del personaje, su cavernosa voz de alto contenido espirituoso y su rotunda testa de barba tozuda y anárquica cabellera, no tendría función. Tiene el mejor intérprete posible para el huracanado personaje. Es lo único que tiene, aunque sea mucho.
Ni siquiera Mingo Ràfols (Enrique IV, entre otros), actor que es una garantía de calidad para cualquier montaje, se sabe sustraer de la general falta de tono y coherencia de la producción. Un galimatías de comedia y drama que en la primera parte todavía sortea el desencanto con algunas escenas bien construidas para luego –tras la pausa– verse arrastrado a una grave dejadez en el que todo tiende a una trágica caricatura de lo que pudo ser esta función y no es.
Este Falstaff parece haberse estancado en los incipientes logros que se consiguen en los primeros días de ensayos, con el decorado esbozado con cuatro tablones y el vestuario reunido con lo hallado en los almacenes. Si destaca el protagonista –impecable incluso si leyera anuncios por palabras– es porque trae el talento puesto de casa y nada ni nadie es capaz de diluirlo en un marasmo de vagas intenciones.