Dirección: José Carlos Plaza. Dramaturgia: Florian Zeller. Adaptación: José Carlos Plaza. Intérpretes: Héctor Alterio, Ana Labordeta, Luis Rallo, Miguel Hermoso, Zaira Montes, María González.
¿Qué es el estupor? ¿Cómo explicar esa mirada final de Héctor Alterio? Sorpresa, desamparo, desconcierto, auxilio, desesperación. Y en el fondo, soledad. Ojos que piden auxilio con un grito sordo ante el avance obstinado de un monstruo blanco que después de arrebatarle todo lo que tiene, conoce y reconoce está listo para arrastrarle a su guarida envuelta en una espesa niebla. El público sentado en el Romea queda atrapado en esa mirada que se abre a un abismo de desmemoria.
Qué grande es Alterio, llevando sobre sus venerables espaldas el peso y el éxito de un texto del francés Florian Zeller sobre los estragos del alzheimer en un anciano y su familia. 'El padre' es una obra cruel: se autodefine como farsa trágica y administra ese componente humorístico con cicatería. Algunas escenas iniciales –cuando el avance de la enfermedad todavía permite la sonrisa de un duelo de realidades– y luego un insoslayable asalto a los sentimientos más vulnerables.
José Carlos Plaza rodea al inmenso Alterio de una compañía que cumple con su misión de valioso apoyo al personaje central, y focaliza su dirección de escena en sumergir al protagonista y al espectador en una terrible atmósfera de suspense paranoico. Inevitable cuando toda la trama está explicada desde la mente en retirada del anciano y cada escena es un angustioso desmentido de la anterior.