Volver a Ionesco para volver al absurdo. Al absurdo cotidiano. Al absurdo de la naturaleza humana. Y hacerlo con una obra me parece que inédita en Cataluña pero con todas las constantes del teatro del rumano. Aquí se trata de un matrimonio que, encerrado en su apartamento, discute si el caracol y la tortuga son o no de una misma especie mientras sueltan breves informaciones de sus vidas y se asustan con la guerra que los amenaza desde el exterior.
La principal dificultad del teatro del absurdo radica en definir el lugar desde el que hablan unos personajes aparentemente normales pero con unos comportamientos y diálogos fuera de toda lógica. Eso y saber explotar el humor que nace de la banalidad y los juegos de sin sentido de lo que dicen y en contraponer la dureza del drama vital y colectivo con la ligereza de la comedia negra. Tanto la traducción de Montse Bonet y Lluís Hansen como la dirección de Bonet son impecables. En un espacio escénico austero pero muy bien definido (Bibiana Puigdefàbregas), Bonet consigue una fantástica y cercana familiaridad de la pareja a la que sirven brillantemente Montse Puga y sobre todo Òscar Intente. Celebrado retorno.
Autor: Eugène Ionesco. Traducción: Lluís Hansen y Montse Bonet. Dirección: Montse Bonet. Con: Montse Puga y Òscar Intente con la colaboración de Óscar Romera / Carlos Ulloa y Montse Bonet.