Todo entraba en la corrección, en lo que podíamos esperar de un 'jukebox' de manual dedicado a Mecano, hasta que tomó protagonismo un actor que decidió sabotear la función. Primero, arengando al público y, después, confesando que no era fan de la banda madrileña, lo que hizo que el musical se olvidara de rendirle tributo y pasara veinte minutos buenos con algunos 'hits' de los 70 y 80, de 'Material girl' a 'Bohemian rapsody'. ¿Nos hemos equivocado de sitio? ¿O es que la fórmula “las canciones de Mecano” ya está agotada?
Hasta entonces, la pieza hacía gala de poder audiovisual, buenas voces e imaginación. El inicio con 'Héroes de la Antártida', seguido de 'Me cuesta tanto olvidarte', prometía. Pero un buen comienzo, sin más ideas, cuando ya lo has mostrado todo, cuando las coreografías se repiten, cuando quieres alejarte tanto de musicales parecidos que han pasado por la ciudad en la última década, puede ser un lastre. E incluso perpetrar versiones extrañas, como la de 'No hay marcha en Nueva York'.
'Cruz de navajas' hace difícil olvidar aquel 'Hoy no me puedo levantar' que, en la temporada 2009-2010, rozó los 300.000 espectadores en el Tívoli, récord absoluto del siglo XXI en Barcelona. Tampoco lo pretende. De lo contrario, nos habrían ahorrado la sesión de 'beatbox'.