Autora: Maria Goos. Dirección: Òscar Molina. Con: Òscar Molina, Miquel Sitjar, Ramón Godino, Pep Papell, Konstantina Titkova.
En 2010 conocimos 'Cloaca' como 'Baraka'. Javier Daulte y su reparto argentino consideró que el texto de Maria Goos era una desinhibida comedia con regusto amargo. Òscar Molina hace en su montaje una lectura opuesta: el texto es un drama oscuro con espitas de humor. La crisis –individual y colectiva– de cuatro amigos acepta ambas lecturas. Más forzado es el intento del director de inyectarle además trascendencia a una obra que se siente muy cómoda como un producto eficaz.
Molina ha querido dirigirla como si hubiera encontrado la piedra filosofal de la amistad rota. Ha fantaseado con ese tipo de producción que se recuerda por la huella que deja el director. La ilusión de concebir una función que mañana mismo podría obtener el premio de un 'transfer' a un escenario público; que mañana mismo tendría su capítulo en la programación de un festival internacional.
La incómoda sensación de que al director le ha quedado pequeño el texto y ha querido hacer algo más grande, con sus paréntesis oníricos, sus escenas de recapitulación interiorizada. Ambición malentendida. Sobre todo si no tienes un elenco que te acompañe y te ayude en esta arriesgada aventura. No tiene los actores para elevar la comedia-drama (o viceversa) a un plano superior. Quizá debería haber empezado por sacarles más jugo actoral a sus cuatro protagonistas. O mucho más a tres de ellos.
Sólo Miquel Sitjar gestiona con talento la febril inestabilidad de su personaje, el único que se presenta ante el público desde el primer momento con el fracaso como su única tarjeta de presentación: física, psíquica, profesional y personal. Su trabajo vale la pena. Pero está bastante solo.