Autor: Emilio Hernández. Dirección: Magüi Mira. Con: Ángela Molina, Emilio Gutiérrez Caba, Lucía Jiménez, Marcial Álvarez.
¿Alguien se puede tomar en serio que César y Cleopatra viven su historia de amor 2.000 años después en la eternidad? ¿Alguien se puede tomar en serio que Cleopatra tire de tablet y acabe haciéndose un 'selfie' con Julio César? ¿Alguien se puede tomar en serio que Julio César exponga un modo de pensar lindando con la de Izquierda Unida y que Cleopatra se erija en feminista y pacifista? ¿Alguien se puede tomar en serio que a Julio César le guste el tango y se atreva incluso a cantar un buen fragmento o que Cleopatra se arranque con 'Lo Dudo'? ¿Alguien se puede creer que el general romano y la reina egipcia fueron dos buenas personas que luchaban por el bien de la humanidad? ¿Alguien se puede tomar en serio que el autor Emilio Hernández haya escrito una comedia con este material?
Parece que la directora, Magüi Mira, se lo ha tomado en serio. Quiero decir demasiado en serio, porque aunque deje espacios de humor grueso de revista para los protagonistas, se ha creído con todo detalle que la reivindicación de los perfiles de ambos, y sobre todo de ella, es seria. Y así no vamos a ninguna parte. Desde este equívoco, Mira no ha cuidado la puesta en escena en ninguno de sus aspectos. Ni la música, ni el espacio escénico, ni el vestuario. Eso si, mucho humo.
Ángela Molina hace lo que puede, que no es mucho, asumiendo un ridículo movimiento insinuando como una corista de 'La corte del faraón'. Pobre Emilio Gutiérrez Caba lidiando con el inexplicable texto a estas altura de su gran carrera. Alto es el tributo que ha pagado el director del Romea, Borja Sitjà, poco antes de su despedida este mes de junio por cuestiones meramente comerciales.