El tema del consentimiento de las mujeres en las relaciones sexuales trae cola. Una cola que remueven los jueces que tienen el encargo de decidir cómo se conforma este consentimiento y dictaminar, pues, sobre la existencia o no de abusos o violaciones. La primera obra como dramaturgo de Jean Benoît Patricot abunda en esta indagación combinando el tono de denuncia, tanto de los comportamiento machista como del funcionamiento de la justicia, con la rigurosidad de la exposición de los hechos.
Inspirándose en hechos reales, Patricot imagina una chica intelectualmente limitada que vive en una residencia junto a un cuartel de bomberos. Un día se acerca a uno de ellos y se enamora sin saber, claro, muy bien qué es el amor. Para el bombero es un pasatiempo, un objeto sexual que puede incluso compartir con su 'manada'.
El dibujo de la chica es tan cuidadoso como creíble, una credibilidad acentuada por la brillante interpretación de la joven actriz manacorina Mariantònia Salas. Sobrecogedora la capacidad para transmitir al mismo tiempo la inmensa ingenuidad y la pasión del sentimiento, la fragilidad de la indefensión y la alegría del sueño de felicidad. Espectáculo duro, de los que cuestionan la naturaleza humana, espléndidamente dirigido por Jordi Vila.
Autor: Jean-Benoît Patricot. Traducción y dirección: Jordi Vilà. Con: Mariantònia Salas, Salvador Miralles.