Poesía y los rituales del dolor
La poesía brota de los sentimientos más profundos. De lo que tenemos más dentro y nos remueven. Demonios de Cabosanroque y Una costilla sobre la mesa son dos espectáculos que, a pesar de las diferencias, tienen cosas en común: poesía, muerte y el Niño de Elche como banda sonora. Inspirado en las vivencias más particulares del poeta Jacint Verdager, Cabosanroque nos transporta a un piso de Barcelona donde se hacían exorcismos. Un ritual lleno de misticismos y demonios. También habla de lo que hay al otro lado Angélica Liddell con su réquiem por una madre. Un espectáculo muy poético, físico y visceral que transforma el dolor de la pérdida en lo sublime. Una explosión de culpa y expiación, donde el amor duele.