Barcelona + verano + turistas + estudiantes ociosos y trabajadores de vacaciones = se puede ligar, y mucho. En este reportaje encontraréis pistas, ya que las posibilidades veraniegas se pueden multiplicar con inteligencia creativa, que es lo que tenía el mítico seductor Giacomo Casanova. Tenéis que tener predisposición, huir de los tópicos y recordad que cualquier sitio es mejor para ligar que estar encerrado en casa. Aquí tenéis una lista con 20 ideas y ligódromos oficiales y extraoficiales. ¡Vamos! Fuera nervios y a trabajar las neuronas.
Los Trixis –hay una parada cerca de la catedral y otra cerca del 7 Portes (Pg. de Isabel II) – te llevan a donde quieras por unos 12-20 euros el trayecto. Si te gustan cachas, tendrás tiempo para apreciar la espalda, el cuello y la potencia del conductor... Cuando lleguéis al destino, págale el trayecto añadiendo una nota con tu teléfono y la mejor de tus sonrisas.
Ahora se llama Palace (Gran Via, 668), antiguo Ritz. En la coctelería Rien de Rien del sótano, instálate con una copa en una butaquita, hasta que se te acerque el conejito a hablar, o acércate tu, que todos estamos en igualdad de condiciones. La luz casi inexistente y el art decó favorecerán el glamour, que puedes trufar con comentarios sobre las peripecias de Ava Gardner, Sinatra, Sofia Loren o Grace Kelly en este mítico hotel (busca la información en Google con el móvil).
El juego de disfrazarse ayuda. Lo tendrás fácil en el bar de hielo de la Barceloneta (Ramon Trias Fargas, 2), entre desconocidos que comparten la aventura en pleno verano de una sala de hielo (paredes, muebles y barra) a una temperatura de... ¡5 grados bajo cero! Al entrar te darán un nórdico y unos guantes, tu escoge al conejito y comenta sonriente que curiosa es la experiencia y, si tiene frío, proponle calentarle las manos.
Una fiesta que se llama Erotic Dives Night tiene pinta de buen plan, quien circula por aquí ya tiene puesto el chip de “hoy tengo ganas”. El primer sábado de cada mes, en El Molino (Vila i Vilà, 99), ojos bien abiertos gracias al DJ Robert Martex, proyecciones, cortos porno, performances o BDSM... Si fumas, entra en el terrado como un “hola, quiero hacerte feliz”.
En el Màgic (Pg. De Picasso, 40) escoge objetivo, síguelo un rato (a partir de la 1.30 h suele estar lleno, no lo notará) y cuando veas que está intercediendo el paso en alguno de los accesos… cógele de la cintura con suavidad y mírale a los ojos. Después vete y espera, cuando vuelvas a localizar al conejito te tendrá confianza para iniciar una conversación.
El término smirting, contracción de smoking y flirting, nació en Nueva York en el 2003 para referirse a las oportunidades de ligar al salir a fumar: busca sitio al lado de la puerta y espera. Algún conejito acabará cayendo, le pides fuego e inicias conversación o le pides tabaco o le ofreces una copa dentro al acabaros el cigarrillo. Prueba en el María (Maria, 5), el Vinil (Matilde, 2) y La Concha (Guàrdia, 14).
A la librería Antínous (Josep Anselm Clavé, 6), se va para hacer más cosas a parte de para comprar libros –y eso que es la mejor equipada del país–, y es parte fundamental de su encanto que se paseen gays y lesbianas con ganas de hacer amigos y charlar.
Si te acercas al Margarita Blue (Josep Anselm Clavé, 6) de domingo a jueves y susurras la contraseña (el título de este reportaje) al camarero, te pondrá dos copas de lo que pidas, sin rechistar, por el precio de una. Dile a tu presa que sería un pecado desaprovecharlo: sólo tiene que acompañarte a la barra, “sin compromiso”. Y segunda ronda: “Te apuesto otra copa a que puedo gustarte más todavía”.
Si en toda la ciudad no encuentras una presa, pruébalo en la tienda electrónica de hombres objeto donde las damas compran ‘productos’ de temporada y escoge en la sección de liquidación de pelirrojos, rebajas de barbudos con gafas o, ¿por qué no? un rubito de ojos verdes (hay 700.000 diferentes esperando). AdoptaUnTio.es y si lo quieres francés, AdopteUnMec.com
Si eres capaz de levantarte temprano por la causa, las exposiciones favorecen un juego sencillo: te acercas al conejito y sin querer le preguntas sobre la exposición. Una vez detectado el nivel de conocimientos, escoge ser alumno o profesor, y a la salida, insístele: te gustaría muuuuucho mostrarle o que te mostrara… un local donde tomar una copa para agradecerle el buen rato compartido.
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