La pizza napolitana tiene que ser popular. Esta es una regla que, en una ciudad donde el adjetivo gourmet prolifera, a menudo falla. Pero en Zia Carolina esto se cumple con todo detalle. En medio del renovado eje de Pere IV, dos hermanos napolitanos, Antonio y Ciro, han puesto manos a la masa para ofrecer una pizza napolitana de muy buena calidad-precio.
El local es austero pero agradable, y Ciro prepara las pizzas con una rapidez y habilidad que parecen sobrenaturales. Si no hay demasiada cola, en unos escasos tres minutos os sacará del horno pizzas como la Diavola, con una generosa ración de guindilla y salami de Nápoles. La masa cumple el requisito de borde grueso y alveolada, y los ingredientes son buenos, estirando al máximo lo que permiten unos precios de entre seis y nueve euros. Claro que también hay un apartado pizzero con un par de recetas exuberantes que pican más alto (y algún invento divertido y 'bizarre', como una pizza con patatas fritas y frankfurt). Los postres, abundantes y caseros, merecen la pena.