¿Quieres italiano, mexicano o sirio? Si eres de los que responde 'no lo sé', la coctelería Volta al Món está hecha para ti. Cuando entras te invade la misma sensación que en los 'duty free', en los que el estado de pertenencia desaparece. Hay souvenirs por partes: calaveras mexicanas, farolillos y origamis japoneses, mapas, banderas y estatuas africanas ... Pero los recuerdos que decoran el bar no son de aquellos que compras por compromiso, como las bolas nevadas.
Son piezas que hablan de quién está detrás, colocadas con criterio en un local lleno de amor. Parece una casita de muñecas a tamaño real, con 3.000 objetos por descubrir. Los propietarios del establecimiento, que son pareja, consiguen crear una atmósfera de Julio Verne. Mientras acompañas tu cóctel con aromas de bazar árabe, si quieres, catarás una delicatessen de carne de cocodrilo.
De todos los países que han pisado se han llevado unas cuantas recetas, que con más gracia o menos, ofrecen a quien se adentra. Los techos bajos de la planta superior aportan una calidez ideal para las noches más íntimas. Abajo encontraréis una máquina de tocadiscos acompañada de sofás retro, para tomar unas copas instagrameables.