Dinamita nostálgica: esta coctelería-restaurante rinde homenaje a la España de playa de los 90, la de la caspa de Gil, las revistas del corazón con "arghs" y Benidorm como manteca Arcadia. Ep, todo muy limpio y diseñado hasta el último detalle: ¡bajo los bañadores que Santiago Segura llevaba en 'Torrente' y la Pantoja (!) enmarcados, te zamparás triquinis (un bikini cortado en cuatro pisos hecho al horno! El de la casa: pollo a l'ast, lechuga, huevo tomate, romesco y gouda!) ideados por Marc Martín de La Mundana. Y el tono lúdico del local, a medio camino entre la nostalgia de playa de los noventa y un 'Verano Azul' macarra, no impide que los bocadillos sean rebuenos (y de tamaño pantagruélico: a ver quién es el guapo que cena después de un Quesús Gil, ¡una torreta de tres quesos fundidos!).
El restaurante es, de facto, una terraza: sentado entre mimbres estilo Emmanuelle y palmeritas, tienes una perspectiva privilegiada de la calle Pujades. Un lugar único: tienen un privado para fiestas que simula una piscina cubierta, con una barra-desagüe, lucecitas-boya y una iluminación que reproduce los reflejos del agua de una piscina en las paredes: ¡el sitio ideal para quedarse en calzoncillos! Recordad que aquí se puede comer desde las seis de la tarde hasta bien entrada la madrugada.