En contraposición a las 'dark kitchens', The Egg Lab es una cocina abierta con dos pequeñas barras para esperar o comer. Han encontrado un nicho en el disputadísimo mundo del bocadillo, y lo han llenado con maestría: son el único local de 'egg sandwich' de Barcelona, inspirados en los Estados Unidos. Pero esto es artesanía pura, comparado con los 'bacon-egg rolls' indigestos que recuerdo de NYC.
Aquí encontrarás bocadillos con recetas de 'street food' -como una 'tinga' de pollo, todas las recetas y salsas hechas ante ti– coronadas por huevos frescos de Calaf fritos o revueltos. El resultado es de una rotundidad melosa de sabor uniforme, que envía un disparo de placer del paladar al cerebro. Te acabas uno, y ya quisieras tener el siguiente en la mano (solo os diré: 'roll' de cerdo desmigado y guisado con cheddar, huevo, lechuga y tomate. Mancha a saco, si no vas al tanto: ¡Por eso el suelo de la entrada es de baldosa Barcelona! Para poder limpiar mejor. Por si fuera poco, privilegian la proximidad del 'pasar a buscar' por delante del 'delivery', y te puedes tomar una caña bien tirada mientras te esperas.