Si Tailandia es la tierra de las sonrisas, el Thai Lotus es el restaurante. La Pilun, con una sonrisa tranquilizadora, nos informa que en la carta se especifica el nivel de picante de los platos. Probamos la 'tomo kha kung', una sopa de coco y gambas; la 'laab kai', una ensalada de carne picada de pollo, y el curry de ternera, patatas y anacardos 'massaman nuae'. La sopa y la ensalada cumplen con el imperativo de la buena cocina thai; el dulce, el amargo, el salado y el picante están perfectamente equilibrados. Y el tercero cumple con las expectativas explosivas de un buen curry.
Este humilde restaurante de pocas mesas, muy cerca de la parada de metro de Fabra i Puig, se ha convertido en menos de dos años en un punto de encuentro de muchos tailandeses y el plato que más piden es el 'plan lui suan' : lubina frito cubierto con menta, cilantro, hierba limón, chile fresco y seco, jengibre, ajo, jugo de lima y salsa de pescado. La Noi, la cocinera, lo prepara sólo por encargo, al igual que el curry de su isla de origen, Ko Samui. "Los que lo prueban acaban llorando por el prurito y la alegría que produce comérselo", nos dice con una sonrisa traviesa. Vale la pena hacer la llamada el día antes. El menú del mediodía de 10,90 € cambia semanalmente.