Pili-Pilé (CERRADO)

Bienvenidos al misterioso planeta vintage, también conocido con el nombre terrestre de Pili-Pilé, una combinación adictiva de palabras que refleja el espíritu libre y extravagante de este espacio más allá del tiempo. Entrar es enviar tus átomos a otra dimensión; un viaje cósmico por un agujero negro retro en los márgenes más inexplorados de la constelación del Barrio Gótico.

Sillas de cuando nuestras abuelas iban a los conciertos de los Sirex. luces Gauche Divine. Mesas de cristal redondas estilo Tony Montana. Ornamentos que parecen robados de la segunda residencia de Gunilla Von Bismarck... El mobiliario es un calidoscopio mareando. Este espacio tiene personalidad de sobras. Resulta imposible resistirse. Os lo haréis vuestro en el tiempo que tardáis en mojar los labios en sus cócteles coloristas. El Pili-Pilé es uno de esos locales que generan una dimensión propia y abstraen al visitante de la realidad. El calor se mastica. El local, como la Tardis de Doctor Who, salta en el tiempo en cada metro cuadrado: un sofá de los 60, una barra de los 70, un taburete de los 80; un delicioso galimatías de estilos donde sólo hay un protocolo: reciclando que es gerundio.

Esta inmersión riveteada de kitsch, bohemia y modernidad, se ve reforzada por la militancia vegana del bar, que ofrece una carta de cócteles digamos saludables, con frutas frescas e infinidad de recursos vegetales. La explosión de fructosa y la caricia de un destilado os dejarán en un estado de dulce embriaguez, exentos del sentimiento de culpa que suele acompañar la ingesta de cubatas cerdos con refrescos. Ojalá los smoothies que nos pimplamos esta mañana también vinieran con este misterio. Seríamos todos más felices en la oficina.