El equipo del Parking Pizza de la calle de Londres, que impulsó la renovación pizzera en la ciudad, está detrás del Parking Pita del passeig de Sant Joan, un antiguo aparcamiento de 500 metros cuadrados reconvertido en pura comodidad minimalista de cemento y acero. Un ala aloja la pizzería. La otra, su visión del Mediterráneo libanés. La breve carta dispone de siete entrantes, todos vegetarianos, y cuatro pitas. La aparente sencillez esconde buena cocina: para el kebab usan solo hombro y pierna de cordero a cocción lenta, el pan lo hornean los pizzeros, todo es de primera, y platos como la coliflor asada con hinojo y curri justifican, por sí solos, la visita al restaurante.