Podría parecer que solo existe la focaccia como sándwich italiano, pero no es cierto. Un país con tanta exuberancia gastronómica como Italia tiene de todo: desde los finísimos 'tramezzini' –delicias de pan de molde que casi te comes sin masticar– hasta el 'crostone', un sándwich hecho con rebanadas tostadas de un pan similar a nuestro pan de payés, ¡que cruje que da gusto! Esta es una especialidad napolitana, inventada a finales de los años setenta del siglo XX, que en Barcelona está representada por Oimà Il crostone. En pleno Gótico, en un local que no es mucho más que una rendija en una esquina de la Plaça del Tripi, pero con un escaparate refrigerado lleno de buen producto italiano: te cortan el pan y te planchan el sándwich delante de tus narices, y, si quieres, te lo comes en un rincón con ventana a la reserva zoológica humana que es el barrio.
Estos sándwiches seducirán a quienes disfrutan de un buen bikini con pan de payés. Los propietarios del local han tenido el buen criterio de dedicar cada receta a una mujer importante en su vida. Los dedicados a sus madres son exquisitos: el Roberta, con mortadela, provola ahumada y crema de pistacho; y el Assunta, con berenjena a la parmesana y jamón cocido. Recién hechos, tostados y con generosa salsa casera, son un placer que, además, tiene un precio muy, muy razonable.