Miquel, de San Andrés, y Sebastián, de Uruguay, se conocieron trabajando en el Mastico. Con las ideas cristalinas y un montón de experiencia en restaurantes de estrella y en grandes grupos restauradores, decidieron abrir su propio local en la rambla de Fabra i Puig. "En el barrio había demanda para una cocina diferente, más elaborada, pero no había oferta", nos cuenta Miquel. Acierto! Es aquello de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Desde 2019, Sebastián despacha desde una minúscula cocina platos mediterráneos con toques foráneos nada superfluos, elaborados con buen género y bien presentados. El menú de mediodía semanal (12'95 euros) consigue que haya cola casi a diario.
Una suculenta cazuela de garganzos, almejas y chipirones, un meloso cuello de cordero estofado con romero, miel y cuscús y un arroz con leche de texturas hicieron que nuestra espera valiera la pena. Reservad porque en el comedor, cálido, de madera, piedra y paredes blancas, solo caben 30 comensales y la terraza es pequeña. ¿De dónde viene el éxito del Öuzö? "Experiencia, producto, servicio y mucha química entre Sebastián y yo", dice Miquel. Añadimos el boca-oreja vecinal, que nunca falla. Justamente lo enganchamos atareado buscando un local más grande en la misma rambla para trasladarse. Prueba irrefutable de su triunfo.