El chef Paco Gómez está al mando del restaurante Oda, la apuesta del Casino de Barcelona por el sincretismo latinoamericano. En lugar de hacer un mexicano cien por ciento, han decidido "presentar una cocina del sur y el centro de América, toda con sabores muy sabrosos". Con platos estrella como el bacalao a la veracruzana, pura alegría de vivir que recuerda el pescado a la vizcaína que en México sólo comen en Navidad, intenso y delicado.
E incluso hay todo un imperdible chileno como chancho y sopaipillas, picante salsa de tomate con masa de trigo frito. Y también hace salivar el enunciado mexiterraneo de filete con salsa de huitlacoche con champiñón portobello y espárragos trigueros.
El Casino es un lugar de 'fine dining,' pero los precios son bastante asequibles: todo en recetas populares -y difíciles de encontrar en esta incipiente tacolona- como sus tacos ahogados (12 euros): "Los que hacían en casa cuando era pequeño, con ternera, cerdo y cocción larga ". Y una coctelería de alto nivel a ocho euros la copa.