1. Los fríos
Empezamos por los entrantes. ¿Creiáis que la ensalada no era susceptible a la fiebre del canelón? Pues he aquí su versión más vegetariana y fría: una de higos y requesón con pasta de miel, nueces y vinagreta de balsámico. O también podéis pediros una ensaladilla rusa, con tartar de carabineros y regañá, unas cocas de pan cocidas muy delgadas que harán de contenedor en vez de la tradicional pasta. Otra alternativa es el canelón tejido de pulpo y rellenado de causa a la llimenya y salsa huancaína -un sazonador originario del Perú que consiste en una mezcla de ají amarillo con queso suave. ¿Os apetece sushi? No dudéis en pediros el largo ‘maki’ de alga nori, que está relleno de atún rojo y katsuobushi -atún rayado seco, fermentado y ahumado- y bañado con salsa yakiniku y crema de aguacate. ¡Y todavía tenéis más opciones! Solo hace falta que le echéis un vistazo a la carta.