Medallas en arquitectura
Pocos restaurantes de Barcelona acumulan un premio FAD, márgenes verdes y gastronomía exquisita. En 1979 Antonio López Lamadrid, gerente y propietario de Tusquests Editors, y su pareja Memé, con el apoyo de la familia Güell, decidieron abrir un restaurante en unos terrenos del barrio de Sant Gervasi donde había una antigua balsa de regadío. Encargaron el proyecto a Óscar Tusquets y Lluís Clotet, que decidieron conservar los muros originales de piedra, y el resultado fue tan bueno que ese mismo año ganó el Premio FAD de arquitectura.
El edificio de La Balsa lo vale, con una entrada secreta, un portal en forma de telaraña, unos ventanales gigantes en el techo que lo inundan todo de luz y dos terrazas, una de verano, llena de árboles y vegetación, y otra de invierno, rodeada de cristal.