1. Carta tan moderna como tradicional
Evolucionar es mantener y hacer perdurar todo aquello que funciona y, también, abrirse a la creatividad para incorporar nuevas creaciones. Por eso, Mas Pi, evidentemente, se ha renovado sin renunciar a su estampa, la cocina tradicional, dejando en la carta los platos clásicos más puntales, como los arroces, los canelones, los pescados o las carnes a la brasa. ¿Qué os parece alguno de los arroces de Pals como el de pescado con sepia, calamar, mejillones y gambas o el negro de pescado? ¿O quizás un 'rapet' al ajo quemado? También han mantenido algunos 'para picar', como los caracoles de Maruja con alioli y tomate, las bravas y croquetas varias, o las flores de alcachofa con salsa romesco. Por otro lado, han añadido nuevas opciones creativas, como los 'pokebowls', que cada vez tienen más adeptos, las tostadas con aguacate, huevo y otras maravillas para el almuerzo, o, para abrir boca, unos sticks de pollo con mayonesa de curry o el hummus de remolacha con chips de verdura. Para beber, lo podríais maridar todo con una cerveza Mortiz muy fría.
El compromiso firme con el producto de kilómetro cero se mantiene, como siempre, y también siguen trabajando con pequeños proveedores locales (incluso el cordero proviene de la manada propiedad del abuelo de la casa). Los postres no son de menos, artesanales, con ingredientes de primera y deliciosos. Os ponemos unos ejemplos: el requesón de trapo de fonteta con miel de L'Empordà o el flan de café con coulis de ratafia y nueces...