Món Việt: ¡Una escapada gastronómica a Vietnam al volver de vacaciones!

Y es que encontraréis propuestas para todos los gustos: desde el Phở, una delicada sopa de tallarines de caldo sabroso y reconfortante que lleva carne, brotes de soja y hierbas y que, en origen, se consume tanto en el desayuno como en la comida o la cena; hasta los Nem, entrantes pensados para comer con las manos que se presentan como un rollito de primavera. Los podéis saborear en diversas versiones, dependiendo de cómo se trate su fina masa, de arroz o de soja, crudos (Nem cuốn), fritos (Nem raán) o hervidos (Bánh cuốn). Salivaréis con sus rellenos, que pueden ser de verduras crudas o cocinadas, cerdo, ternera o marisco. Si ya os está gustando todo, dejad espacio, porque encontraréis más sabores igual de apetecibles. Como los fideos Bún, una ensalada tibia de fideos de arroz con lechuga, brotes de soja, menta, papaya verde, cebolleta frita, cacahuetes y cilantro. Sin desmerecer otro hit, el bol CƠM ĐĨA, que tiene arroz con huevo, rollitos fritos, vegetales crudos, pepino, cacahuete, cilantro y cebolleta frita, que además permite personalizar con un pincho a escoger entre el de cerdo, pollo, langostino, salmón y shiitake. ¡No podéis dejar de saborear nada!

Si sois de los que dudáis a la hora de elegir, en Món Việt os lo ponen fácil: encontraréis sus menús y combos, con una ajustada relación calidad-precio que os hará disfrutar de la variedad de los platos para compartir, como los Nem. Y si sois dos, probad el menú degustación cerrado para dos personas, ¡encontraréis los hits de los hits! Si preferís ir picando, podéis optar por el menú Tapas: jugando con un símil de picoteo de diversos platos, ofrecen seis platillos donde saborear diversos Nem cuốn, Bánh cuốn, ensaladas y la sopa Phở como broche final por 18 € por persona. Solo entrar lo veréis: sin renunciar a la comodidad ni al diseño moderno, Món Việt ofrece aquellos platos que los vietnamitas comen en la calle. ¿Tenéis ganas de un buen festival de comida?

Del recetario vietnamita son importantes dos cosas: la primera, es la influencia china y francesa que se puede catar en algunos de sus platos, se muestra de forma sutil y es una conexión que se remonta a más de 200 años de invasiones sucesivas. La segunda, que encaja con una cocina humilde, propia de un pueblo que ha pasado fuertes episodios de hambruna, y es que las recetas se basan en el concepto taoísta del yin y el yang y en la poca importancia de la proteína animal, siendo una válida opción para los que busquéis una dieta vegana, vegetariana o incluso apta para celíacos.
¿Y queréis saber por qué el concepto del yin y el yang? Pues por el equilibrio en los platos: cuando en el plato hay algún alimento frito o con una elaboración calórica, se acompaña de verdura y hierbas en crudo. Esta alternancia no sólo se encuentra en qué se come, sino en cómo: en un plato caliente se introducen alimentos fríos o templados, para refrescar. Ahora que ya sabéis más del mundo vietnamita, ¿queréis disfrutar de una comida nutritiva, enérgica y con una sensación placentera en el paladar? ¡Reservad vuestra mesa!