Al final de la señorial avenida del Tibidabo, en el barrio de Sant Gervasi, se encuentra uno de los restaurantes de Barcelona con mejores vistas sobre la ciudad. Los salones del Mirabé se abren como un balcón y las vistas, que sobrevuelan edificios icónicos como la Sagrada Familia, la Torre Agbar y, incluso, el hotel W, se pierden en el horizonte infinito que delimita al mar.
Es un lugar espléndido para ir en pareja, en familia, con amigos o compañeros de trabajo, tanto en grupos pequeños como grandes. Su carta está llena de platos basados en la cocina mediterránea, entre los que destacan un montón de entrantes para picar, ensaladas y pastas, que varían en función de la época del año, y una amplia propuesta de segundos con diferentes tipos de carnes y pescados cocinados con recetas sorprendentes. A todo ello hay que sumar una gran variedad de arroces, como el negro, el caldoso de gambas, el de verduras, el de bogavante...
Abierto tradicionalmente por la noche, desde enero de 2019 ha ampliado horario y abren en franja de mediodía. Además de ofrecer una cocina de buen nivel, también proponen buenos cócteles, ideales para brindar con la ciudad a los pies.