Después de licenciarse, recibir una beca de Harvard y trabajar en el sector editorial, Jia convenció a sus padres para abrir un restaurante chino de recetas tradicionales: dimsum, sopas, fideos, arroces y, a diferencia de muchos restaurantes asiáticos, una extensa carta de postres (el tiramisú de té matcha y el helado de sésamo son una delicia). Años después, los vecinos y oficinistas del barrio suspiran por sus fideos Pekín (pasta de soja fermentada, carne picada de cerdo, pepino, zanahoria y brotes de soja) y el 'zhu pao' (cerdo especiado con jengibre y pan esponjoso). Los platos están pensados para ser compartidos. Decoración de aires orientales contemporáneos con un toque 'chic': al otro extremo de los chinos-chinos de la zona.