Jordi Aros y Kuldeep Singh han reabierto a Masala73 como Casa Masala. Y han hecho un lavado de cara al establecimiento, con una gran barra abierta desde la que puedes ver cómo preparan el pan 'naan' y una modernización del interiorismo –antes más minimalista– pero en esencia sigue siendo un restaurante indio potente y contemporáneo con espíritu de casa de comidas de Barcelona.
La intención, dice Arós, “es utilizar las recetas de la familia de Kuldeep y revalorizarlas, con técnica y producto de aquí y ahora”. Ambos se conocieron en las cocinas de un grupo de restauración, y primero unieron esfuerzos en un 'food-truck' llamado Masala73, pionero de la cosa india sobre ruedas en Catalunya. Ahora, en Casa Masala no quieren ni oír el término fusión. Y lo cierto es que hacen bien. La corta carta es sólida, con tres curris excelentes (de verduras, de pollo 'tikka masala', y de berenjena) y sobre todo un suavísimo cordero ecológico de Cal Tomàs, con picadura y especiada con especias.
El espíritu de bus contemporáneo –nuevas recetas a base de cruzar comidas callejeras – les lleva lejos: el 'alu tikki' –tortilla sin huevo con verduras y garbanzos– tiene forma de bomba de la Barceloneta, con una potente mayonesa de curri. Brava de verdad. Y quien quiera pegarse un homenaje: una potente pluma de cerdo de bellota en el horno tandoori, con corteza de grasa chamuscada, deliciosa.