En el Macizo Central de Francia, en la antigua región de Limousin, se conserva una raza bovina rústica muy valorada por la altísima calidad de su carne, de sabor excelente y grasa entreverada. Y es justamente la carne de Limousin la que da nombre a este nuevo restaurante ubicado en el Eixample, que ofrece experiencias culinarias inolvidables.
Y es que su cocina combina la tradición francesa con toques exóticos y modernos, rinde culto a las preparaciones a la brasa y apuesta por cortes de carne excelentes y por maduraciones en seco durante 60 días, un proceso que intensifica el sabor y la ternura de la carne.
Proponen un menú diseñado para sorprender y deleitar en cada bocado. Y lo hacen con entrantes como el foie micuit cubierto de pistachos y compota de frutos rojos, las vieiras beurre blanc, las gambas al coco crujiente o el brioche de solomillo con cebolla caramelizada y Dijonnaise. También tienen fondues, la clásica, la de solomillo y una de langostino a la brasa ciertamente sorprendente. Y de segundos cuentan con un amplio surtido de carnes a la brasa entre las que cuesta escoger. Entre las propuestas estrella destacan especialmente el lomo alto con hueso limousin madurado durante 60 días, que sirven con un hornillo de piedra para que cada comensal lo acabe de hacer a su punto exacto; o el Brisket Balck Angus, que se deshace al corte y destila melosidad; o las costillas de cordero de Nueva Zelanda, de sabor intenso y delicioso. Los postres también han sido escogidos al detalle combinando propuestas de aquí y de allá, como el vino garnacha dulce con carquinyolis, la tarta de chocolate, aceite y sal, la torrija de brioix con helado de turrón o las fresas jubilée.
Y si algo destaca también es la extensa carta de vinos con los que maridar cada plato, formada por una selección de los mejores caldos catalanes, españoles, franceses y argentinos, con blancos con DO Terra Alta y Costers del Segre, y también el famoso Petit Chablis de la Borgoña, y tintos con DOQ Priorat y DO Montsant, entre otros, así como Burdeos, Cote du Rhone y Mendoza. Todo un placer para los más sibaritas.