Adrià Alsina define su bar, L'Industrial, como una fábrica de complicidades. Y de hecho es singular: un bar-restaurante ubicado en un antiguo almacén industrial -de cuando el cinturón fabril rodeaba el Raval- que quiere recuperar la tradición del debate ciudadano, el café tertulia. Aquí pasan partidos de fútbol, pero también retransmiten las noches electorales, que en el convulso momento político que vivimos levantan pasiones. También hacen música en directo los fines de semana y la carta de tapas es corta pero bien trabajada ¡Debe ser el único bar de Barcelona suscrito al New York Times!
Time Out dice
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