La Vaca Paca Premium (CERRADO)

Quienes hace tiempo que dan vueltas por Barcelona todavía recuerdan La Estancia Vieja, puntal argentino de finales de los setenta, en la Diagonal 531, en ​​la época en que desde Entença hasta Bikini el camino era de tierra. El crítico gastronómico Miquel Sen afirma que nunca más ha vuelto a comer carne como la que servían en este sitio. Era un restaurante que frecuentaba Pujol cuando todavía no era político, gente de la farándula como Sarita Montiel, Lole y Manuel, y escritores como Vázquez Montalbán, Juan Marsé, Maruja Torres. Una vez coincidieron, después de 40 años, Borges y Onetti. Editores y personajes de la ‘gauche divine’ iban después de copas a Bocaccio. Antonio Galtier piensa igual que Sen.

Pero el propietario de La Vaca Paca, entre otros, superó su nostalgia y quiso rememorar la bondad de la carne apostando por el grandísimo local en forma de U. Pero en lugar de inspirarse en las parrillas argentinas, aplica la fórmula brasileña de su Rodizio. En un ambiente muy bien decorado y distribuido, Galtier y los suyos han desplegado un buffet libre donde se puede optar por fórmulas de 10 y 16 euros. Ambas comienzan con el bufet, del que nos gustó el carpaccio, la ensalada rusa y la ensalada alemana kartoffelsalat de patatas. La diversión incluyó también sushi y pizza. Para todos los gustos.

El comensal después decide si la carne se la sirve él mismo (versión económica) o si Luis, un experto brasileño de Paraná, sirve cuidadosamente a los comensales mesa por mesa cargado de buenas carnes. Chorizos, alitas de pollo, panceta, cerdo ibérico, o carne de ternera de la parte de la cadera, la costilla o la fabulosa picanha, jugosa, cortada fina, servida caliente, una pieza sin igual. A los postres difícilmente se llega, pero también hay sorbetes refrescantes. En la carta de vinos faltan del Penedès o de la denominación Cataluña, algo imperdonable, sobre todo para acompañar estas excelentes carnes.