A veces las cosas son lo que parecen. Y ya son lo suficientemente buenas para no tener que necesitar más coartadas o disfraces conceptuales. Este es el caso de La Tanda, un cuidadoso bar-restaurante abierto a Pere IV, de antigua cicatriz urbana a calle transitable y comestible. Entré aplastado por la canícula, y volví a las tres dimensiones con una fabulosa ensaladilla con gambas frescas (8 euros, patata al dente, mayonesa recién hecha) y unos macarrones con rabo de buey (8 euros), la pasta como complemento de un guiso deshilachado sin trabajo, para mojar pan, excelente.
Motivado por el tríptico calidad-precio-imaginación, volví a coger Tanda habiendo quedado con Llorenç Roca, el propietario, y Miguel Carrasco, el cocinero (ex-Alkimia). "Nos gusta la filosofía de los restaurantes antiguos, sobre todo la tipología de restaurante tradicional de Barcelona, sin ninguna pretensión y donde no te sientas engañado", explica Roca. Carrasco añade que "ahora mismo estamos buscando la esencia de la cocina catalana, pocos ingredientes y mucho cuidado". La cocina catalana en esencia, que no en réplica literal: la carta es breve y con escapadas aventureras –¡mollejas con alcaparras y parmentier!– y sobre todo con pequeñas vueltas de tuerca muy estimulantes.
Como, por ejemplo, unas sardinas ahumadas con jamón e higos, o unas kokotxas de merluza rebozadas y por dentro puro pil-pil (9,5 euros), brutales, golosina para adultos. Lugar de carta corta y pizarra apretada, vale la pena ojear los platos del día, donde encontrareís sofritos y platillo visceral: arroz con parpatana -jugosa carrillera de atún-, 'espardenyes' con garbanzos o capipota son reclamos poderosos.
La Tanda ahora son poca gente -dos en cocina, en sala el efectivo y cordial servicio de Lily- pero se mastica el potencial de un local pequeño que no se tira a la brava ni tartaritza ni cevichea. "Pocas cosas buenas y con cariño. No me cierro a hacer nada, y lo que venga, vendrá, ", dice el chef. Buen hilo musical: Roca era batería del clásico grupo de punk-pop Suzy & Los Quattro.