En el lado más asilvestrado de Pere IV, el que roza con Sant Adrià, encontrarás este discreto bar-restaurante que, por emplazamiento, casi entra en la categoría de bar de camioneros. De lunes a viernes, hacen un menú de mediodía de calidad digna, económico y con buenas cantidades de comida.
Ahora bien, su terraza es maravillosa: está delante del centro de jardinería Ca l'Agustí –como quien dice, os llega el aroma de verde– y aunque la terraza sea una franja de acera, el paso de vehículos es anecdótico y disfrutas de una panorámica de toda la calle, de arriba a abajo, con todo el glorioso y decadente 'skyline' fabril del 'deep' Poblenou. Se desayunan bocadillos calientes y buenos a un precio ridículo y café bien hecho. Otro plus es que el local, impecable y limpio, parece que no tenga ninguna reforma desde 1983 (¡el calendario de chatarras Sánchez! ¡El karaoke en la tele!). Un buen plan de mañana del sábado es ir a por plantitas y desayunar aquí.