El cocinero Joan Gurguí, responsable del aula gastronómica del mercado del Ninot, ha puesto una barra en la parada de producto gourmet Arte y Gusto. Nombre explícito: La Bikinería. "No es que esté degenerado, pero cuesta encontrar bikinis buenos", explica. La fórmula de Gurguí es infalible: buen pan, buen relleno y sobre todo "hacer los bocadillos como es debido, en plancha y no en sandwichera". Evitando el regalo preferido de los cuñados, consigue anular la humedad y la desagradable corteza crujiente que, caliente, crea malestar en el paladar. Gurguí ha optado por el pan de molde italiano, el 'tramezzino'.
Los bikinis clásicos (de jamón dulce y de sobrasada) cuestan 3,60. Y los gourmets no pasan de seis euros. Como, por ejemplo, el carbonara con huevo, 'guanciale' (mejilla de cerdo, no bacon), cebolla caramelizada y la yema del huevo. También efímeros y de temporada, como el de morcilla, brie y alcachofa. "Se trata de añadir sabores y texturas en bikini", resume. Y corpus teórico: os los podréis llevar a casa retractilados y con un librito que explica cómo hacer un buen bikini.