En 1979 Antonio López Lamadrid, gerente y propietario de Tusquests Editors, y su pareja Memé, con el apoyo de la familia Güell, decidieron abrir un restaurante en unos terrenos del barrio de Sant Gervasi donde había una antigua balsa de regadío. Encargaron el proyecto a Óscar Tusquets y Lluís Clotet, que decidieron conservar los muros originales de piedra, y el resultado fue tan bueno que ese mismo año ganó el Premio FAD de arquitectura.
El edificio de La Balsa lo vale, con una entrada secreta, un portal en forma de telaraña, unos ventanales gigantes en el techo que lo inundan todo de luz y dos terrazas, una de verano llena de árboles y vegetación y otra de invierno, rodeada de cristal. Y una elegancia en todos los detalles que casa con la propuesta gastronómica. Y es que de la cocina de este restaurante salen platos caseros y mediterráneos con toques contemporáneos y sofisticados que son una delicia.
¿Una sugerencia? Podéis empezar con unos entrantes a base de pan rústico horneado con aceite de oliva y escamas de sal acompañado de, por ejemplo, un sashimi de presa ibérica de bellota, unas croquetas caseras elaboradas con leche y mantequilla del Bages, una sardina confitada un toque ahumada, con 'concassé' de tomate y cebollino, o puerro asado, con crema de purrusalda, reducción de cebolla asada y almendra tostada. Y, como plato principal, también os costará elegir entre arroces tan deliciosos como el de vaca Nebraska, propuestas del mar, como el bacalao Club Ranero, o platos de la tierra, como la carrillera ibérica a baja temperatura con parmentier de patata y verduras, entre otras exquisitas propuestas. Además, os sugerirán maridajes con vinos para armonizar perfectamente todos los gustos.
Un lugar ideal para celebrar encuentros íntimos y también celebraciones con muchos comensales, tanto en formato cóctel como banquete. Disfrutaréis de una experiencia foodie de lo más completa y con la sensación de estar en un pequeño paraíso lejos de la ciudad.
La Balsa
Time Out dice
Detalles
Discover Time Out original video