Si te encuentras La Balmesina petada de gente –que puede ser muy posible, por algo es una de las mejores pizzerías del mundo mundial– tienes una solución: camina 300 metros hacia Gina Balmesina Pizza Bar, que como su nombre indica es la versión en bar de La Balmesina. Que sea un bar no significa que comerás de pie o rápido; solo que el excelente producto marca de la casa –aquellas extraordinarias pizzas con masa fermentada durante 72 horas y que llevan producto de proximidad y ecológico– marida con una carta de bebidas llena de coctelería de aperitivo, cerveza artesana y vinos naturales
(sobre todo italianos).
Vermut y pizza
En una decoración más minimalista que la de su hermana mayor, aquí te puedes pegar un recorrido bárbaro como un cóctel Negroni de aperitivo, su pizza de alcachofa de El Prat y panceta de cal Rovira, y hacer bajar la bendita grasa con una copa de espumoso italiano de alta calidad (o de cava, que también tienen todas las opciones locales, por algo son de Slow Food).
También disponen de sabores de temporada vegetarianos, como una tremenda pizza de gorgonzola artesanal «Castagna», champiñones asados y rúcula. Y si la pizza no te apetece, pues a disfrutar de platillos y entrantes frescos y con acento vegetal de proximidad, como cogollos asados con chimichurri y boquerones, puerros confitados con avellanas, o un buen vitello tonnato. Los precios son accesibles, teniendo en cuenta la alta calidad y la finura de la mandanga. Pero recapitulando: aquí puedes practicar los dos placeres hedonistas y populares por excelencia: ¡el vermut y la pizza!