La cocina siciliana podríamos decir que es la ‘mamma’ e incluso la ‘nonna’ de las variadas y sabrosas cocinas italianas. Como señala Elena Kostioukovitch en el jugoso libro Por qué a los italianos nos gusta hablar de comida, en Atenas ya utilizaban libros de cocina sicilianos. Platón, en el diálogo Gorgias, recuerda que un tal "Miteco escribió sobre cocina siciliana".
El chef Niko Scimone, quien conquistó a varias estrellas de la música en Nashville, es el propietario del restaurante siciliano Galú. Aquí ofrece una carta repleta de opciones sabrosas, que promete ampliar con la riqueza de la cocina de su isla. Una carta disponible sin gluten y con muchas opciones veganas. Elabora su propia pasta, el pan y los postres. Y eso se nota y se agradece.
Nuestra visita a Galú (nombre que proviene de sus hijas Gala y Lucía) comenzó con una 'caponata', un entrante siciliano, y un carpaccio muy especial. Las alcachofas a la plancha con pesto de albahaca y pecorino romano completaron el trío inicial, para después disfrutar de una berenjena parmigiana muy bien elaborada y exquisita. Las pastas, elaboradas a diario y de forma artesanal, adquieren un gran valor, condimentadas con la riqueza de esta cocina crisol de culturas. Unos raviolis de pato y alcachofas con salsa bechamel hicieron honor a las pastas, al igual que los 'pappardelle' con salchicha, trufa negra y nata. No os saltéis los postres: el tiramisú y la pannacotta son sublimes.