Funky Bakers abrió en el 2018 como panadería y pastelería –tanto te hacen un bocadillo excelso como un croissant de pistacho– y cafetería. Y se convirtió en un lugar muy querido en el Born, tan popular por la calidad (todo hecho desde cero con producto local top) como por la simpatía. Tan querido y popular que la propietaria, Seyma Ozkaya, en el 2022 abrió la Funky Eatery, la versión en restaurante. Encontraréis una mezcla de herencia turca con el Mediterráneo de aquí, y la misma ética de trabajo. ¿Un ejemplo? El pan de sabat con mezzé, unión de Turquía con la ortodoxia judía, recién horneado y que sirve para ir mojando en salsa de atún picante (¡delicioso!), hummus de albahaca y babaganush.
La gracia del Eatery es que este es un lugar para comer algo rápido –como sus deliciosos bocadillos, donde destaca un 'katsu sandu' con queso 'halloumi' y un bocadillo turco, de pescado fresco a la brasa buenísimo– como sentarte a la mesa con un repertorio potente, como el 'borek' especie de empanada turca de calabacín, guisantes con limón rellena de ricotta, que tiene un toque mentolado delicioso. Y todo es de alta calidad y hecho frente a tus narices: lo acredita una cocina abierta con obrador de pastelería. El postre es de traca, que por algo es uno de los mejores hornos dulces de la ciudad.